«En el plano invisible, cada ser humano está acompañado por las almas de todos los animales cuya carne comió; estas almas vienen a exigirle indemnizaciones. Aunque el alma de los animales no sea parecida a la de los humanos, los animales tienen un alma, y aquel que ha comido carne de un animal se ve obligado a soportar la presencia del alma de éste dentro de sí.

soulsEsta presencia se manifiesta a través de estados que corresponden al mundo animal; por eso, cuando quiere desarrollar su ser superior encuentra dificultades: las células animales no obedecen a su deseo, tienen una voluntad propia, dirigida contra la suya. Esto explica que muchos comportamientos humanos no correspondan en realidad al reino humano, sino al reino animal.

En apariencia, la guerra entre los humanos se debe a cuestiones económicas o políticas, pero en realidad, es el resultado de toda esta matanza que hacemos a los animales. La ley de la justicia es implacable: obliga a los humanos a pagar vertiendo tanta sangre como hicieron verter a los animales.

Nosotros matamos a los animales, pero la naturaleza es un organismo, y matando a los animales es como si tocáramos ciertas glándulas de este organismo: en aquel momento las funciones se modifican, se crea un desequilibrio y no hay que sorprenderse si algún tiempo después estalla la guerra entre los hombres. Se han asesinado millones de animales para comerlos, sin saber que en el mundo invisible estaban unidos a determinados seres humanos, y que, por consiguiente, éstos deben también morir con ellos.

Matando a los animales, se asesina a los humanos. Todos dicen que ya va siendo hora de que reine la paz en el mundo, que no debe haber más guerra… Pero la guerra durará mientras continuemos matando a los animales, porque matándolos nos destruimos a nosotros mismos.

(Continuará…)

Omraam Mïkhael Aïvanhov

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El Yoga de la Nutrición, Izvor 204
Capítulo 5, «El vegetarianismo «.
Hrani Yoga, Obras Completas, Vol. 16.