‘Pidan y se les dará… Busquen, y encontrarán… Llamen, y se les abrirá…’

«En primera instancia, estos preceptos parecen muy simples. «Pidan», por ejemplo… ¿hay algo que no pidamos? Todos tenemos familias, amigos y personas amadas, pero nunca dejamos de pedirle a Dios y al Mundo Invisible, a la Naturaleza, a los Ángeles, todo lo que somos capaces de imaginar.

Pero he ahí que a pesar de nuestra insistencia, no recibimos lo que hemos pedido, y entonces nos decepcionamos y concluimos que el mundo invisible es muy injusto con nosotros. ¡Cuántas veces hemos pedido así sin resultados! ¿Por qué? Sencillamente, porque no conocemos las leyes. Cuando queremos hacer una compra en un almacén, nos dirigimos al vendedor, es cierto, pero debemos también darle algo a cambio de todo lo que pedimos. Si no queremos pagar, se niega a darnos nada.

En la naturaleza, en el mundo invisible, todo ocurre como en los almacenes del plano físico. El mundo invisible les dice: «Den vuestro corazón a Dios y El les dará todo a cambio». Pero ustedes responden: «No puedo, ya lo he dado a otros… Tengo mujer, hijos, una adorable querida, y ya no tengo corazón para dar».

Por eso vuestras oraciones nunca son atendidas. Siempre se imaginan que podrán obtener algo sin dar nada a cambio; es imposible. «Pidan y se les dará» implica, en primer lugar, que ustedes den algo. Deben dar una parte de vuestra atención consciente, de vuestro tiempo, de vuestros esfuerzos cotidianos, de vuestros pensamientos, de vuestros sentimientos, y entonces, recibirán.»

 

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, Vol. 1, El Segundo Nacimiento 
Capítulo 6